Barcelona contra las ratas ante quejas vecinales

Barcelona refuerza los controles contra las ratas ante las quejas vecinales.
30 de Julio de 2017.

Las restricciones europeas en el uso de raticidas y las altas temperaturas favorecen una mayor presencia y visibilidad de roedores en espacios públicos.
Pere IV, Guineueta, Ciutat Meridiana y el Gòtic, entre las zonas más afectadas.

“Hemos notado un aumento considerable de ratas en el último año, esta misma mañana por ejemplo me han aparecido dos de las grandes frente a la puerta de mi casa”, relataba este martes indignado Fili Bravo, presidente de la asociación de vecinos de Ciutat Meridiana. Es uno de los barrios de que más percibe un fenómeno de alcance europeo que afecta a todo el área metropolitana de Barcelona: la difícil contención de la población de roedores ante las restricciones por toxicidad en el uso de raticidas y el desarrollo de resistencia genética a las dosis no letales.

RATAS EN BARCELONA

“Tenemos miedo que nos entren en las casas, porque en el barrio hay muchas plantas bajas”, explica el activista vecinal. Han avisado al Ayuntamiento para que les refuercen el control antiplagas, pero mientras no llega se han puesto manos a la obra ellos mismos –muy en la línea de Ciutat Meridiana, como demostraron con los desahucios– para atajar el problema. “Hemos puesto trampas en los jardines comunitarios, pero son bastante listas y a la que caen dos o tres ya no vuelven a acercarse al mecanismo”, lamenta Bravo, que asegura que les ha llegado a poner hasta queso de cabrales con tal de cazarlas. “No son ratoncillos de Collserola, eh?! Son ratas grandes, de un palmo de largo y unos 400 gramos”, protesta.
En los años 70 este apartadísimo y precario vecindario ya combatió las ratas que lo asolaban con más imaginación que recursos: montó dos concursos reivindicativos. “¡Participé con un grupo de amigos y cogimos un ejemplar tan grande que ganamos el primer premio!, rememora. Si no remite la situación actual, advierte medio en broma medio en serio, trasladarán su problema al plenario de distrito. Literalmente. “Cogeremos una viva y se la llevaremos a la concejal, ya verá, ya verá la que liamos”, promete.

Ampliación de los equipos de control este verano

Desde el mes de enero, el consistorio barcelonés ha recibido 800 quejas de vecinos por ratas, una cifra proporcional a las 1.600 que recibió a lo largo de todo el año pasado. Fuentes municipales aseguran que todas ellas se abordaron en un máximo de 48 horas, algunas de ellas con más de una intervención.
Para evitar que se propague la alarma social ante la mayor visibilidad de los roedores en verano, cuando aumenta el uso ciudadano de los espacios públicos, el Consorcio Sanitario de Barcelona y la Agencia de Salut Pública (ASPB) han acaban de anunciar una ampliación de los mecanismos de control durante los meses de verano.
La medida principal, que estará vigente hasta noviembre, consiste en la activación de hasta 10 equipos, compuestos cada uno por dos operarios y una furgoneta. Cada coche cuenta con señales de advertencia, cajas en las que aplicar el veneno, herramientas para levantar el alcantarillado y distintos tipos de cebo.

La ampliación de las dotaciones destinadas a combatir el problema se traducirá en un aumento en el número de intervenciones previstas para 2017, que el consistorio cifra en 15.000, frente a las 12.500 que se llevaron a cabo a lo largo de 2016.

Manuel Ruiz, uno de los operarios, ha explicado que colocan 100 gramos de cebo en unas cajas especiales, alargadas y negras, donde solo las ratas pueden entrar. “Lo ingieren y mueren a los pocos días; si murieran al instante relacionarían el veneno con la muerte y dejarían de comerlo”, detalla este trabajador.

Las calles y barrios más “calientes”

Los lugares vigilados se definen por una serie de evidencias, como la presencia de excrementos de múridos cerca de las paredes y esquinas. Es un indicio que alerta de un posible nido en el lugar. En esta línea, Sandra Franco, técnica de control de plagas, ha detallado que los puntos calientes de Barcelona se encuentran en el barrio de la Guineueta, en la calle Pere IV del Poblenou y en algunos tramos de alcantarillado en Ciutat Vella –especialmente en el Gòtic– y Sant Andreu.

En el barrio de Badal también han notado la llegada del verano. “En la zona de la calle Juan de Sada, entre la Ronda del Mig y la avenida Madrid, sí que hay más quejas por ratas,”, responde Alfred Martínez, de la AVV de Badal. “Un vecino nos explica que han aumentado a causa de la comida que la gente deja a los gatos del gran solar donde se va a construir un ambulatorio”, señala.

También la asociación de Sant Martí de Provençals recibe “quejas periódicamente por episodios” de mayor presencia de roedores. En el Besòs, alrededor de la plaza de la Palmera, señalan además un nido de insectos: “En algunos sectores del barrio hemos detectado ratas, pero no es generalizado; lo que más nos preocupa son las cucarachas que salen de una grieta cercana a los columpios infantiles”, asevera Salvador Mañosas.

Fuente: Artículo de la Vanguardia, 30 de Julio de 2017.